Ruta de la Fruta: un modelo de sustentabilidad en el paisaje chileno
La Ruta de la Fruta, una de las obras viales más emblemáticas de la zona central de Chile, se ha convertido en un ejemplo de infraestructura verde y gestión ambiental. El proyecto, desarrollado por Sacyr, integra innovación tecnológica, eficiencia hídrica y respeto por la biodiversidad local, logrando un equilibrio entre desarrollo y naturaleza.
En la comuna de San Pedro, el área de paisajismo del Servicio de Atención de Emergencias funciona con un sistema de riego tecnificado por goteo que optimiza el uso del agua. Más del 90% del riego proviene de aguas tratadas y reutilizadas, lo que permite reducir casi por completo el consumo de agua potable. Este modelo no solo mejora la eficiencia hídrica, sino que demuestra que la innovación puede ser aliada de la sustentabilidad.
Esta gestión eficiente del agua se complementa con un enfoque paisajístico que valora y recupera la flora nativa del territorio. En los distintos proyectos de paisajismo se reproducen los pisos vegetacionales del valle central chileno, incorporando especies como Quillay, Espino, Maitén, Pimiento, Colliguay, Romerillo, Nasela y Estipa. Estas plantas, adaptadas al clima mediterráneo, requieren hasta un 70% menos de agua y son clave para el control de la erosión y la restauración ecológica. El resultado es un paisaje coherente con la identidad del territorio: autosustentable, resiliente y representativo de la flora nativa chilena.
El proyecto busca convertir los bordes viales en corredores biológicos, donde conviven aves, insectos, reptiles y flora local. Los árboles brindan sombra y refugio; los arbustos alimentan a polinizadores como abejas y mariposas; y las hierbas mantienen los suelos fértiles y vivos. Este equilibrio permite restituir servicios ecosistémicos esenciales como la polinización, la regulación térmica y la captura de polvo atmosférico, transformando el paisaje vial en un espacio lleno de vida.
Lo anterior es aún más relevante si consideramos que cada hectárea de vegetación nativa puede capturar hasta 30 toneladas de CO₂ al año, contribuyendo a compensar las emisiones del proyecto. Además, las plantas utilizadas en el paisajismo provienen de viveros locales, lo que reduce la huella de carbono en más de un 40% al minimizar el transporte.
Junto a ello, más del 90% de los trabajadores, insumos y servicios utilizados en el paisajismo provienen de las comunas de San Pedro, Alhué y Melipilla. Esta decisión potencia la economía local, fortalece el trabajo regional y promueve la economía circular territorial. En la Ruta de la Fruta, cada árbol plantado representa también una oportunidad que crece junto a las comunidades.
De esta forma, la Ruta de la Fruta no solo conecta territorios, sino también valores: innovación, naturaleza y comunidad. Con iniciativas como esta, Sacyr demuestra que es posible construir infraestructura moderna y responsable, donde la eficiencia, la biodiversidad y el desarrollo local se entrelazan en un mismo propósito: hacer del paisaje un espacio sostenible para todos.
